Yo estuve apartado durante 8 meses debido a que había comenzado una relación con una chica que recién llegaba a la iglesia.
Esos meses fueron solo de sufrimiento.
Comencé a consumir pastillas, a cortarme los brazos, tenía muchas discusiones con mi familia, todo esto me llevaba a tener pensamientos de muerte.
A veces que me iba 3 días seguidos y no aparecía por mi casa.
Lo único que quería era consumir. Luego tomé la decisión de matarme, colgué una cadena en el fondo de mi casa para ahorcarme, pero mi hermana me vio y quitó la cadena.
Fue entonces que tomé la verdadera decisión de volver y entregarme a Dios por completo.
Yo sabía que mi vida podía cambiar, pero me faltaban las fuerzas para volver.
Gracias a Dios ya hace un año que estoy en la presencia de Dios y en la FJU, y hoy puedo decir que mi vida cambió.
