Mi vida antes de llegar a la Iglesia era un infierno, era rebelde no le hacía caso a mi mamá y peleaba mucho con mis hermanas. Tenía odio hacia mi papá por habernos dejado, él prefirió la música en lugar de la familia, yo solo quería encontrarlo y matarlo.
Una de mis hermanas estaba en las drogas y con eso la hizo sufrir mucho a mi mamá, por verla sufrir comencé a odiar a mi hermana, tiempo después mi mamá comenzó a participar en la iglesia y nos llevo con ella, me invitaron a la FJU y yo comencé a ir pero no le contaba de mi vida a nadie, pasaba el tiempo y yo seguía igual, me gustaba participar pero no ponía de mí para cambiar. Estando en la secundaria había una chica que me gustaba, yo no entendía lo que me pasaba pero me gustaba. Aún sufriendo de esta manera yo no entregaba mi vida a Dios y seguía de la misma forma.
Al tiempo mi mamá se enfermó y falleció, ese fue mi fondo del pozo, quedé sola, tenía un vacío inmenso dentro de mí fue ahí que una obrera me insistió para volver a la FJU, yo no quería, siempre ponía excusa pero terminé aceptando su invitación. A partir de ese momento mi vida cambio, mi actitud cambió primero, me entregue a Dios y el vacío que tenía desapareció Él llenó cada rincón de mi ser.
Hoy soy una persona completamente Feliz.