Muchas veces nos proponemos metas que, al principio, nos parecen difíciles de alcanzar.
La primera frase que llega a nuestra mente es: «no lo voy a lograr». Sin embargo, depende de nosotros si le damos oídos a esas palabras o luchamos en contra de ellas para ir en búsqueda de nuestros sueños.
Las personas que logran lo que quieren sacrifican sus voluntades, dejan de lado los pensamientos y palabras negativas, y fijan su mirada en el objetivo que quieren conquistar. Luego, arman un plan de acción y, finalmente, alcanzan sus metas.
Los sueños solamente se convierten en realidad cuando hacemos algo para alcanzarlos.
Tal vez tu anhelo es conseguir un trabajo mejor, estudiar una carrera, tener una familia unida, etc. Pero, ¿qué estás haciendo para lograrlo?
Si tu respuesta es «todavía nada», te invitamos a que pienses qué es lo que podés hacer para alcanzar tus sueños. ¡No te olvides de colocar a Dios en primer lugar!
Solo así te encontrarás en el grupo de los que pueden decir: «¡Lo logré! ¡Sí, se puede!».