Desde un principio Dios ha colocado la obediencia delante del hombre como condición necesaria para acceder a una vida completa y perfecta. El hombre, debido al poder de decisión que tiene, el libre albedrío, muchas veces ha hecho malas elecciones y consecuentemente ha cosechado frutos amargos.
Podemos ver esto en la historia de Adán y Eva, ellos estaban en el paraíso, lo tenían todo, pero optaron por desobedecer a una orden directa del proprio Dios y tuvieron que pagar un precio muy alto. (Génesis 3:1-24). Por otro lado, tenemos la historia de Abraham con una enseñanza completamente diferente. Aunque él estaba en el desierto y enfrentaba dificultades, fue aprobado por Dios justamente por su elección de siempre obedecer Su voz y no hacer su propia voluntad (Génesis 15, 22 y 24).
Ahora te pregunto a vos, joven, para que pienses:
¿Te gustaría ser patrón y tener un empleado desobediente?
¿Te gustaría ser profesor y tener un alumno desobediente?
¿Te gustaría ser padre o madre y tener un hijo desobediente?
Creo que para las tres preguntas tu respuesta sería la misma, no, no y no.
Entonces, si a nosotros, humanos y fallos, no nos gusta la desobediencia, ¿por qué razón Le gustaría a Dios? Y ¿por qué Él tendría que tratar igual a los obedientes y a los desobedientes a Su Palabra?
En pocas palabras podemos expresar lo que queremos que comprendas con este mensaje: quien quiere una vida con Dios tiene que entender que el abecedario de Dios es diferente del nuestro, el nuestro comienza con A, B, C, D… y el de Dios es OBDC.
No te olvides de esto.
Pr. Fábio