Antes de llegar a la Iglesia vivía con mucho miedo, pesadillas, no conseguía dormir. Por las noches, cuando conseguía dormir, amanecía rasguñada. Veía sombras, tenía odio de todos sin motivos. Después de tener un fracaso en mi vida sentimental, de una relación de muchos años, mi vida había perdido el sentido. Llena de tristeza, me involucré en el alcohol, en los boliches, con jóvenes, pero nada lograba llenar el vacío. Había empezado a bajar de peso, hasta que un día decidí terminar con tanto sufrimiento. Había planeado esa noche tomar pastillas, y fue a la tarde que llegué a la Iglesia. Comencé a liberarme de todo aquello que me atormentaba… Con Dios encontré la felicidad que este mundo no podía darme. Y en la FJU de San Rafael aprendí a luchar y a vencer todas las tribulaciones. Hoy soy una joven muy feliz, en la presencia de Dios.
«A los 17 años me sumergí en la pasta base»
Desde pequeño cargaba el dolor de la ausencia de mi padre, que debido al ambiente en que se desempeñaba, viajaba constantemente. Ya a los 11 años, movido por la curiosidad y un fuerte deseo de ser por así decirlo "respetado", comencé a involucrarme con la vida de la...