Mi nombre es Pablo, cuando empecé la secundaria comencé a salir a bailar y a tomar alcohol. Un día vi a unos «amigos» drogándose y, por curiosidad, quise probar para ver lo que se sentía. Primero lo hacía de vez en cuando, luego todos los fines de semana y, con el transcurso de los años, sin darme cuenta, consumía en la semana también.
Yo jugaba al futbol y por la droga lo dejé, cuando me di cuenta de todo lo que había perdido a causa del vicio quise dejarlo, pero lamentablemente la muerte de mi padre hizo que yo volviera a consumir y fue peor, porque consumía para intentar calmar el gran dolor que tenía.
Hasta que un día me enfermé, en parte a causa del consumo de drogas. Ahí me encontré perdido y sabía que mi única salida era volver a los brazos del Señor Jesús.
Volví totalmente decidido a abandonar mi vieja vida y a entregarme 100% a Él. Conocí la FJU y fue allí donde descubrí mi verdadero valor y que vale la pena vivir sin vicios.
«A los 17 años me sumergí en la pasta base»
Desde pequeño cargaba el dolor de la ausencia de mi padre, que debido al ambiente en que se desempeñaba, viajaba constantemente. Ya a los 11 años, movido por la curiosidad y un fuerte deseo de ser por así decirlo "respetado", comencé a involucrarme con la vida de la...